Facelift (1990)
En 1990 alguna prensa especializada consideró a Alice In Chains "heavy progresivo". Lo cierto es que este Facelift, primer trabajo del grupo, está a medio camino entre el heavy clásico y el "grunge". No es de extrañar, pues, que el cuarteto hiciese su primera gira por los habituales circuitos de heavy metal acompañando a otras bandas como Megadeth o Ozzy Osbourne. Este "turbio" pasado de Alice In Chains en el mundo del cuero y las mallas no fue perdonado por algunos critiquillos que tildaron a la banda de chaqueteros y ventajistas, subiéndose al carro del "grunge" con su siguiente LP, Dirt. No vale la pena tener en cuenta a estos amantes de "lo auténtico". Alice evolucionaron desde el glam rock de la primitiva banda de Layne Staley, pasando por las influencias heavy de Jerry Cantrell (fanático reconocido de Kiss), hasta definir un estilo propio imitado posteriormente por infinidad de bandas.
Facelift es el paso intermedio en esa evolución. Dentro de la tremenda calidad del disco, se trata del trabajo más irregular de Alice In Chains, con canciones realmente brillantes (el single Man In The Box, el himno inicial We Die Young) junto a otras más indefinidas, especialmente de la segunda mitad del álbum. Riffs heavys mezclados con melodías tenebrosas que alcanzan sus mejores momentos en temas inolvidables como Love Hate Love, Real Thing, o It Ain't Like That. Las letras de las canciones ya reflejan las obsesiones de Layne: drogas y autodestrucción. Obsesiones que le perseguirían a lo largo de toda su discografía, incluyendo Mad Season.
Gran inicio de carrera y premonición de lo que vendría posteriormente. A pesar de ello, según sus propias palabras, Layne y Jerry apenas tienen recuerdos de esta época de sus vidas debido al consumo masivo de drogas. Es más que curiosa la ausencia de ninguna referencia a Facelift en su Unplugged.
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