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UltramegaGRUNGE

Screaming Life / Fopp (1987)

<strong>Screaming Life / Fopp (1987)</strong> Sub Pop edita desde 1992 un disco con los dos primeros EPs grabados por los decanos de Seattle. Soundgarden fueron la primera perla de Sup Pop, y para este sello, que como ellos daba por entonces sus primeros pasos, publicarían estas dos pequeñas obras que apuntalarían la base de la emergente escena de Seattle de finales de los 80.
En un momento en que algunos visionarios habían pronosticado la muerte del rock y de la música realizada con instrumentos tradicionales para dar paso a los ordenadores, en un momento en que quienes reinaban en el mundo del pop eran Spandau Ballet y Duran Duran, cuatro fans de Black Sabbath y Led Zeppelin reinventaban el rock de los 70 añadiéndole la dureza del punk y ofreciendo una imagen muy distinta a la de las bandas de la época (1987).
Screaming Life es una sucesión de melodías terriblemente oscuras y densas, con un Chris Cornell poniendo a prueba la potencia de los altavoces con su voz. Sus aullidos se convirtieron en marca de la casa hasta el cuarto álbum del grupo. Junto a él, tres excepcionales instrumentistas: Kim Thayil a la guitarra, mezclando riffs característicos de los Sabbath con influencias orientales, Hiro Yamamoto al bajo y Matt Cameron como batería, la última incorporación al grupo tras perseguirlo de forma continuada mientras aún era miembro de Skin Yard.
De entre las 6 canciones que forman el EP inicial destaca por su singularidad Little Joe, donde el estilo heavy de la banda se fusionaba con unos textos cantados como si se tratase de un tema rap. Por su parte, el segundo EP, Fopp son dos canciones menos arriesgadas que las anteriores (Swallow My Pride es incluso una versión de Green River) y dos versiones de una canción, Fopp, que tendría perfecta cabida en cualquier disco de rarezas de Soundgarden, por su aspecto de remezcla.
Jack Endino produjo Screaming Life y con ello fabricó un espejo para otras bandas en ciernes. Kurt Cobain optó por los estudios de grabación de Endino para su Bleach tras escuchar el sonido conseguido en Screaming Life. Sin duda este disco es de compra obligada no sólo para los fans de Soundgarden, sino para todo aquel que desee conocer las raíces de lo que acabaría conociéndose como grunge.

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